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La electricidad en máximos históricos



El precio de la electricidad ha establecido un nuevo récord a día 16 de septiembre de 2021 en los 188 euros/MWh. Esto no es una novedad, puesto que desde el mes de Mayo del presente año, el coste de la electricidad no ha dejado de subir indiscriminadamente en España. La causa principal: el shock de oferta causado por elevados precios del gas (materia prima) y las restricciones por parte de Bruselas de los derechos de emisión de 𝐶𝑂2 debidas a la política medioambiental de la Unión Europea. A continuación, desde el equipo del Área de Empresa de BIC expondremos nuestro análisis del sector eléctrico español, comenzando con un repaso a la historia y funcionamiento técnico del mismo, hasta concluir con las soluciones que tanto políticos como nosotros mismos ponemos sobre la mesa.


Historia de la industria eléctrica.

Los primeros pasos de la industria eléctrica española tuvieron lugar en Barcelona en el año 1875, con la construcción de la primera central eléctrica. Su producción eléctrica se destinó a la iluminación de algunos establecimientos y talleres. La utilización de la electricidad para la iluminación pública comenzó en el año 1881, cuando entró en funcionamiento la primera central eléctrica de Madrid. Los avances de la tecnología permitieron el desarrollo de las primeras grandes centrales hidroeléctricas españolas en la primera mitad del siglo pasado. Después de la Guerra Civil, el parque eléctrico español se encontró con grandes dificultades para garantizar la cobertura de la creciente demanda de energía. Debido a la dificultad de construir nuevas centrales de gran potencia, se vio la necesidad de obtener de las instalaciones ya existentes un rendimiento mayor. Por ese motivo, las principales empresas eléctricas acordaron agruparse en una nueva sociedad: Unidad Eléctrica, S.A (UNESA). Una vez la economía se fue recuperando, se hizo posible emprender la construcción de nuevas centrales hidroeléctricas y termoeléctricas de gran potencia, de carbón y fueloil. Además, en 1968 España inauguro su primera central nuclear. En 1997 se produjo una liberalización del sector y se creó el mercado eléctrico español, el conjunto de mercados (de plazo, del día anterior, entre diario, etc.) donde se negocia la compra y venta de energía eléctrica con entrega en la red peninsular española.


Funcionamiento de la electricidad en España.

El mercado eléctrico español tuvo su nacimiento con el inicio del proceso de liberalización del sector eléctrico que se hizo efectivo en 1998, que pretendía pasar del oligopolio existente, a un mercado liberalizado gracias a la entrada de nuevos agentes. Hasta ese momento, el funcionamiento diario de las centrales de producción eléctrica venía determinado por Red Eléctrica España (REE), siguiendo las pautas establecidas por el Ministerio de Industria y Energía. En cambio, en el mercado actual las productoras comunican diariamente las condiciones de cantidad y precio de venta de su electricidad. Debemos tener en cuenta que la electricidad no es un bien almacenable, al menos en grandes cantidades y de forma económicamente viable, por lo que se necesita una sobrecapacidad de manera estructural, es decir, una capacidad de producción mayor al consumo pico, con el añadido de que su gestión se debe realizar a tiempo real. REE a través de algoritmos es capaz de estimar con exactitud la demanda para cada una de las horas del día, de forma que los agentes del mercado tienen una base sobre la que trabajar. Todas esas ofertas se dirigen al mercado de producción de energía eléctrica, conocido también como pool, gestionado por un operador de mercado, que en el caso de España es OMIE (Operador del Mercado Ibérico, polo Español). Este mercado se divide en una sesión diaria, en la que se negocia la mayor parte de la energía; seis interdiarias, en las que se ajustan algunas cantidades una vez se ha fijado ya la diaria; y un intradiario continuo, que funciona de forma similar a la bolsa. En el mercado diario, las empresas generadoras de electricidad presentan sus ofertas de venta para cada una de las horas del día siguiente, de igual manera ocurre con las comercializadoras y grandes consumidores, que presentan sus ofertas de compra. OMIE, a través de un algoritmo llamado EUPHEMIA, ordena de menor a mayor las ofertas de generación de electricidad según el precio de venta (creando la curva de oferta), y de igual manera ordena las ofertas de compra de mayor a menor (formando la curva de demanda). El precio de la electricidad cada hora dependerá del punto de equilibrio entre oferta y demanda. Cabe mencionar que el mercado de la electricidad es marginalista, por lo que sin importar el precio al que haya ofertado un productor, este va a recibir el precio del último productor que ha entrado en el mercado. Para explicarlo de manera más clara pondremos un ejemplo: antes de nada, debemos tener en cuenta que las centrales de generación renovable (solar, eólica…) son las que ofrecen la electricidad más barata gracias a los costes variable ínfimos que tienen; las centrales nucleares ofrecen electricidad a un precio algo más caro pero que también podríamos considerar bajo; por último, las centrales térmicas que usan combustibles fósiles, cuyo precio de generación es el más alto, y depende principalmente del precio que tenga la energía primaria y las primas de emisión de CO2. Una vez entendido esto, pasamos al ejemplo: pongamos que la demanda de electricidad para las 12:00 de mañana es de 30 GW, al ser alta la demanda, no va a bastar con los GW ofertados por las generadoras renovables y las nucleares, y hay que acudir a las centrales térmicas de carbón, que ofrecen unos precios significativamente más altos que el resto. A pesar de que los 30 GW necesarios son aportados por varios tipos de centrales de generación de electricidad que tienen distintos precios, el precio será el de la última generadora en entrar, que siempre será el más caro, en este caso el de la central de carbón. Por tanto, aunque las centrales de renovables tengan los precios más baratos, el precio se fijaría en el de la central de carbón en este caso.


Soluciones sobre la mesa.

Entre las propuestas del gobierno destacan la nacionalización de las empresas eléctricas o la creación de empresas de gestión pública, no obstante, una vez comprendido el funcionamiento del mercado eléctrico y con la finalidad de entender las posibles soluciones que existen sobre la mesa, hace falta destacar otro factor como es el funcionamiento de la tarifa regulada (PVPC) que remite diariamente la volatilidad del mercado mayorista a la factura del consumidor. Esta operatividad revela la ineficacia de las reacciones del Gobierno ante el encarecimiento de la tarifa de la luz. Hay que tener en cuenta que el Ejecutivo actual contó con el suficiente tiempo para remodelar este modelo de mercado con referencias a más largo plazo, cuando estas últimas cotizaban a niveles mucho más bajos que los actuales, de modo que de nada vale culpar ahora al diseño del mercado regulado. Sin embargo, son las soluciones de visible carácter intervencionista las que se manifiestan particularmente contraproducentes e inservibles. De nada valen las propuestas del Gobierno ante hechos como el fuerte encarecimiento que presenta el gas. La creación de una eléctrica pública, la nacionalización de empresas o la intervención de los precios energéticos tendrían una influencia inexistente en realidades como la cotización del gas en los mercados internacionales. A decir verdad, únicamente ayudarían a incrementar el precio final de la luz como resultado de la inseguridad jurídica e ineficiencias que ocasionarían.


Soluciones propuestas por BIC.

Como se puede observar en esta imagen obtenida de la CNMV, en los componentes de la factura eléctrica solo hay 3 que están determinados por el mercado: coste de la energía en el mercado diario, coste de los servicios de ajuste y margen de comercialización. Además, en el primero hay que introducir los costes de los derechos de emisión de 𝐶𝑂2, por tanto, también hay influencia gubernamental en dichos precios.

Alrededor del 75% de la factura eléctrica se genera por los componentes que regula directamente el gobierno. Por tanto, la alta factura eléctrica que sufrimos se debe no a un mercado oligárquico sino a una ineficiencia gubernamental. Por tanto, desde BIC tenemos varias posibles soluciones. En primer lugar, desde un punto de vista de corto plazo, la única solución viable que no suponga problemas a largo plazo (endeudamiento, precios más caros en el futuro, etc.), es la reducción de impuestos, tanto los directos como los indirectos que acabamos de ver en las imágenes de la CNMV. Otra posible solución podría ser liberalizar el sector. Con el sector privado a pleno rendimiento sin intervención estatal creemos que se aumentaría la competitividad y la eficiencia. Medidas como la eliminación de las regulaciones y la bajada de impuestos fomentarían un pleno funcionamiento del mercado. Por otro lado, otra posible solución teniendo en cuenta el oligopolio natural que genera el sector de la electricidad, sería la creación de una empresa eléctrica nacional como tienen en otros países como Francia. En este último caso, habría que hacer además una reforma de los costes asociados a la generación, transporte y distribución de la energía, para que asegurar una eficiencia completa y evitar malversaciones.


¡Muchas gracias por leernos!

 

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