Hace ya tipo que circula entre nuestros oídos el término Smart Contract. Desde simples conversaciones con nuestros amigos hasta en blogs de finanzas y economía.
Los Smart Contracts han estado siempre ligados al mundo de las Criptomonedas y aunque todo el mundo sabe de su existencia o incluso participa en su desarrollo, invirtiendo en Crypto, la mayoría desconoce su significado y aquello que implica.
LUIS PÉREZ - Área Legal de Business and Investment Club
MADRID, ESPAÑA - Viernes, 17 de diciembre de 2021, 12:00h
ORIGEN Y SIGNIFICADO DE LOS SMART CONTRACT
El término Smart Contract nació en 1993 cuando el informático, jurista y cryptografo Nick Sbazo propuso el cambio de los contratos tradicionales a unos descentralizados donde no tendría que existir la figura de intermediario como es el Notario. En palabras del mismo Niko Sbazo se tratan de “un protocolo informático capaz de ejecutar cláusulas de un contrato. Estos contratos se ejecutarían de manera automática mediante una serie de códigos informáticos cuando se dieran unas determinadas condiciones. Expresado de forma matemática cuando sucediese X se ejecutaría A y si no sucedería B. Lamentablemente, esta idea era imposible de llevar acabo con la tecnología de la época. Para poder ejecutar un Smart contract es necesario que existan transacciones programables y un sistema financiero que las reconozca. Esto se hizo posible por primera vez el 2009 con el nacimiento del Bitcoin y su tecnología blockchain.
¿Pero cómo se verían este tipo de contratos en la vida real?
Pongamos esto en un sencillo caso como es un arrendamiento. El arrendatario y el arrendador han llegado a un acuerdo de que si sucede un impago superior a 5 días desde la fecha acordada este será resuelto. Ocurrido este supuesto habiendo utilizando un Contrato Inteligente este sería resuelto inmediatamente sin la necesidad de que el arrendador declarase su voluntad, la cual si sería necesaria en un contrato ordinario. Así pues el arrendador habría ahorrado en tiempo e intermediarios para dar por finalizado el acuerdo.
LA VALIDEZ LEGAL DE UN SMART CONTRAT
Muchas personas se preguntan si estos nuevos contratos inteligentes contraían con las bases legales para poder ser completamente válidos. Bien, para esto primero debemos hacer un recorrido por lo que nuestro ordenamiento jurídico reconoce como un contrato legítimo. Según nuestro Código Civil un contrato es un acuerdo de voluntades entre dos o más partes que se obligan a cumplir sus obligaciones de forma recíproca que cumple determinados requisitos esenciales establecidos en el art.1261 del cc los cuales son:
Consentimiento de los contratantes.
Objeto cierto que sea materia del contrato.
Causa de la obligación que se establezca.
Siempre y cuando se den estas condiciones no tendría que haber ninguna duda sobre la validez de los contratos inteligentes y generaría las obligaciones pactadas entre ambas partes. Donde sí podría haber ciertos malentendidos es en los términos y condiciones del contrato. Según el artículo 1281 cc: “los términos de un contrato son claros y no dejan duda sobre la intención de los contratantes, se estará al sentido literal de sus cláusulas. Si las palabras parecieren contrarias a la intención evidente de los contratantes, prevalecerá ésta sobre aquéllas”. Por lo que aparte de tener el contrato de forma informática sería altamente recomendable tener una copia traducida al leguaje común para que no surgieren ningún tipo de dudas sobre sus cláusulas.
LOS ABOGADOS Y LOS SMART CONTRACTS
Contrato inteligente, de por si su nombre ya puede provocar que aquellos que viven de la aplicación de la ley vean amenazados sus puestos de trabajo. ¿Son acaso sus preocupaciones legítimas? ¿Podría suceder que muchos abogados se quedasen sin trabajo? A mi juicio no. El trabajo de un abogado va mucho más haya que la elaboración de un contrato y como se ha explicado antes un Contrato Inteligente solo automatiza las clausulas estipuladas en un contrato en caso de que sucedan unos hechos previstos. Este contrato no se escribe solo y no tiene conocimientos jurídicos.
Por lo tanto los abogados no tienen por qué temer a esta tecnología. Más bien, se trataría de una ayuda. Una herramienta más el en trabajo que facilitaría determinadas labores pero a la hora de negociar las clausulas, redactar el contrato o resolver ciertos problemas que surjan durante su establecimiento seguirían siendo completamente necesarios.
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