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  • Foto del escritorAlejandro Muñoz

Una visión liberal de la sociedad


El liberalismo no es en sí un sistema económico, como muchos pueden pensar, sino una doctrina filosófica cuya principal idea es la libertad. Este va de la mano con el capitalismo, el único sistema económico que es compatible con la libertad, pero económicamente se basa en la reducción del poder del Estado, la reducción de impuestos, la libre circulación tanto de personas como de mercancías (el libre comercio), la eliminación de aranceles y subvenciones, etc.


 

ALEJANDRO MUÑOZ

MADRID, ESPAÑA - 17 DE NOVIEMBRE DE 2020, 12:00h

 

Socialmente, y en esto se diferencia de otras fuerzas políticas normalmente llamadas de derechas, el liberalismo no es conservador, sino que da lugar al libre albedrío. Si usted quiere defender su religión, por ejemplo, tiene la libertad de hacerlo, y si, por el contrario, quiere ser ateo, también tiene la libertad de serlo. En definitiva, como su propio nombre indica, el liberalismo se basa en la libertad. El laissez-faire francés, tanto en la economía como en la sociedad, es lo que definiría a esta doctrina filosófica.


Una vez definido el liberalismo, pasaremos a ver las distintas corrientes que existen dentro de este pensamiento, porque, como en cualquier otro pensamiento, no todas las ideas son iguales. Veremos tres ramas principales del liberalismo: el liberalismo clásico, el minarquismo y el anarcocapitalismo. Todas ellas, como ya hemos dicho anteriormente, tienen algo en común, y es la lucha por la libertad lo que une a todas ellas. Sin embargo, existen algunos matices (aunque muy controvertidos entre sí) que detallaremos a continuación.


Antes de ver las diferencias entre estas tres ramas principales, hay que aclarar que existen muchas más ramas secundarias, como por ejemplo el paleolibertarismo, pero cuyo estudio sobrepasa la función de este artículo que es de mera divulgación.


En primer lugar, hablaremos sobre el liberalismo clásico. Este tipo de liberalismo es por así decirlo el liberalismo “tradicional”. El liberalismo que Adam Smith creó a partir de su libro “La riqueza de las naciones”. Consiste principalmente en que el Estado debe reducirse a la creación y defensa de las leyes y del territorio y debe proporcionar unos servicios mínimos, como educación y sanidad. Estos servicios mínimos irían enfocados en la igualdad de oportunidades, o lo que es lo mismo, que todas las personas partan desde una misma base y a partir de esa base, que cada uno consiga lo que merece. Estos servicios mínimos producen unos gastos, como es de esperar, por lo tanto, estarán financiados a través de unos impuestos, que debieran ser los más bajos en la medida de lo posible. En este tipo de liberalismo, los impuestos serán más altos que en los siguientes que veremos, ya que aquí se pide una mayor intervención estatal (para proporcionar unos servicios mínimos) y, por lo tanto, hay que afrontar ese gasto público.


En segundo lugar, el minarquismo. Aquí se considera que el único rol del Estado debe ser la defensa nacional y la protección de la ley. Juan Ramón Rallo, reconocido economista español, se identifica en gran medida con esta ideología. La existencia del Estado a este nivel se justifica desde el punto de vista de la no agresión. Según los minarquistas, es necesario la existencia de un Estado que proteja la propiedad privada y los derechos fundamentales y, además, añaden que la no existencia de Estado es una utopía, en gran contraposición de los anarcocapitalistas que veremos más adelante. En este tipo de liberalismo deben de seguir existiendo los impuestos (en todo momento en el que exista Estado deben de existir los impuestos, ya que el Estado no produce y, por lo tanto, los gastos que genera deben de ser financiados de alguna forma), eso sí, esta vez estos impuestos serán más bajos que en el liberalismo clásico porque recordemos que hemos eliminado los servicios mínimos que exigía el liberalismo clásico. Si quieren profundizar en el tema de por qué la no existencia de Estado es una utopía y por qué es necesaria una mínima intervención (aunque únicamente sea para temas de protección nacional y de las leyes) les recomiendo el libro de Robert Nozick, llamado “Anarquía, Estado y utopía”.


En tercer lugar, nos encontramos con los que sí piensan que la no existencia del Estado, es decir, la eliminación completa del Estado, es posible. Nos encontramos con varias personalidades que defienden la idea, actualmente economistas como Javier Milei (argentino) y Jesús Huerta de Soto (español) están entre los que defienden al anarcocapitalismo o anarquía de mercado. La ideología es simple, pero a la vez muy compleja. Consiste en dejarlo todo en manos del mercado, inclusive la defensa y la creación de leyes.


Existen muchos filósofos y economistas que se deslizan entre el minarquismo y el anarcocapitalismo. El principal problema de la anarquía de mercado sería la cuestión de la protección y la creación de leyes. Supuestamente, las empresas privadas (o los propios individuos) deberían de defender los tres derechos naturales, es decir, el derecho a la vida, el derecho a la propiedad privada y el derecho a la libertad. Estos derechos se pueden resumir en una frase: “Mis derechos terminan cuando empiezan los del otro”.


Como podemos ver el debate entre ambas doctrinas es arduo y muchos minarquistas piensan que una anarquía de mercado será posible en un futuro gracias a las mejoras tecnológicas pero que actualmente es una utopía.


Personalmente pienso que, para llegar a una anarquía de mercado, es necesario pasar por las dos etapas anteriores. Desde mi punto de vista, es imposible crear una anarquía de mercado de la noche a la mañana, sin haber pasado antes por el minarquismo y el liberalismo clásico. Esto se fundamenta en que, por ejemplo, en el caso de España (y de la mayoría de los países del globo), cuesta muchísimo hacer una simple bajada de impuestos, entonces, cómo queremos que exista un Estado que se limite a meros trámites territoriales y legales o, yendo aún más lejos, cómo queremos la eliminación del Estado si una bajada de impuestos ya es un arduo trabajo.


En conclusión, quería transmitir una visión general sobre el liberalismo y sus variantes, pero les insto a seguir investigando sobre ello y que cuanto más se adentren en el estudio de estos temas verán lo tan complejos que son. Existe diversidad de artículos y libros sobre el tema en Internet. Numerosos documentos e incluso gran variedad de información en YouTube.


Les dejo mis redes sociales por si quieren seguir formándose o discutir sobre algún tema que les parezca interesante: @alexmh_02, tanto en Instagram como en Twitter.


¡Un saludo y gracias por leernos!



 

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